Fue un letargo tan dilatado que perdió la perspectiva del tiempo y del espacio. Lo primero fue que no pudo reconocerse frente al espejo. Quién soy, dijo, tocando su cara llena de hendiduras. Tocó también su cabello frotando la parte calva con sus dedos. Soy un viejo, volvió a decir, sorprendido. Pero eso no bastaba para encontrar al hombre que fue, aquel que entendía su mundo gota a gota. El que nunca olvidaría la razón de ser de su existencia, y mucho menos algo tan importante de sí mismo, su nombre...
El detective camina por los suburbios, otea callejones, detalla el interior de los autos, hurga rostros desconocidos; tal vez así encuentre la tan ansiada perla, la pista que le lleve al perpetrador de aquellos crímenes...
viernes, 21 de septiembre de 2012
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LA MONA LISA o GIOCONDA
PERROS JUGANDO POKER
Autor
- Axel Blanco Castillo
- Creí que mis sentidos se habían agudizado: olía la pólvora de la bala que no había explotado, escuché cada órgano de mi cuerpo y la sangre fluir por la arteria impulsada por mi corazón. Pensé que la muerte estaba tan cerca que no podría distinguirla si venía. Y en realidad, no lo hice. Nunca pude saber si había muerto luego de ese día. Sólo sigo escuchando voces. Algunas conocidas, otras no. Algunas veces escucho gente que me rodea y llora. Se torna todo como una pesadilla. Me gustaría sentirlos cuando me tocan. Abrazarlos. Quisiera alentarlos. Decirles que siempre hay esperanza. Que tal vez un día yo salga de esta situación. Y me pueda mover y parar y caminar. Porque es terrible estar así. Como si muriera por gotas. Por gotas contadas por ese pitido interminable de la máquina. Es algo parecido a soñar despierto. Sólo que no puedes abrir los ojos. O aún más terrible. Como morir soñando. Y en ese caso, sería el primero que muere así. Extracto del cuento EN COMA.